¿Como sacrificaban a los niños los incas?

¿Como sacrificaban a los niños los incas?

La escalofriante verdad del ritual fenicio de sacrificio de niños

La práctica de los sacrificios humanos en las culturas precolombinas, en particular las mesoamericanas y sudamericanas, está bien documentada tanto en los registros arqueológicos como en las fuentes escritas. Se desconocen las ideologías exactas que subyacen al sacrificio de niños en las distintas culturas precolombinas, pero se cree que a menudo se realizaba para aplacar a determinados dioses.

Altar 5 de La Venta. La cría inerte de hombre-jaguar que sostiene la figura central es considerada por algunos como un indicio de sacrificio de niños. Aunque no hay pruebas irrefutables de sacrificios de niños en la civilización olmeca, se han encontrado esqueletos completos de niños recién nacidos o por nacer, así como fémures y cráneos desmembrados, en la ciénaga de sacrificios de El Manatí. Estos huesos están asociados a ofrendas de sacrificio, en particular bustos de madera. Todavía no se sabe cómo murieron los infantes[1].

Algunos investigadores también han asociado los sacrificios de niños con el arte ritual olmeca que muestra a los bebés cojos “fueron-jaguar”, sobre todo en el Altar 5 de La Venta (a la derecha) o en la figura de Las Limas. Las respuestas definitivas están a la espera de nuevos hallazgos.

Vírgenes del Sol y sacrificio humano incaico

Uno de los ejemplos más impresionantes de una ceremonia inca de capacocha fue descubierto durante una expedición arqueológica a la cima del volcán Misti en 1998. Las ofrendas en el sitio incluían varios sacrificios humanos, junto con finas cerámicas y figurillas hechas de oro, plata y concha de Spondylus sp. Uno de los dos enterramientos parecía contener huesos de varones y el otro de mujeres. El sexo se estableció a partir del contenido de las tumbas, ya que el frágil material óseo había sido muy afectado por la actividad volcánica y la identificación exacta era difícil de realizar in situ. Para limitar el riesgo de daños, los huesos fueron excavados junto con la tierra circundante y transportados en bloques congelados al Museo Santuarios Andinos de la Universidad Católica de Santa María en Arequipa. Este material fue objeto de una investigación bioarqueológica en febrero y marzo de 2018. Los resultados revelaron que al menos ocho individuos habían sido enterrados en las tumbas. Los hallazgos han aumentado nuestra comprensión de las categorías de edad y el estado físico de los individuos elegidos para ser sacrificados durante el ritual de la capacocha.

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Hallado el cuerpo de un niño inca (1954)

Los bioarqueólogos han estudiado los restos de sacrificios de niños de hace 500 años encontrados en la cima de los volcanes Ampato y Pichu Pichu, en los Andes. Según informa Science in Poland (PAP), un medio oficial del gobierno polaco, sus investigaciones han descubierto que un número sorprendente de los sacrificios han sido alcanzados por un rayo.

Esto no es una coincidencia, sugieren los investigadores. Al parecer, los cuerpos de los niños eran llevados a las cimas de las montañas o volcanes después de ser sacrificados, donde eran depositados en una losa de piedra ceremonial y dejados para que les cayera un rayo. Si caía un rayo, los dioses estaban satisfechos con el sacrificio.

“Según los incas, una persona alcanzada por un rayo recibía un gran honor: un dios se interesaba por ella”, explica a PAP Dagmara Socha, bioarqueóloga del Centro de Estudios Andinos de la Universidad de Varsovia.

Las altas cumbres de los Andes eran sagradas para los incas y estaban estrechamente relacionadas con sus deidades, como el dios del tiempo, Illapa. El uso de sacrificios de niños en este contexto, dijo Socha, sugiere que los rayos y los niños eran utilizados como intermediarios entre los dioses y la gente de la Tierra.

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ResumenUno de los rituales más importantes del Imperio Inca era la capacocha. Requería de la más prestigiosa ofrenda sacrificial de niños y mujeres jóvenes que se caracterizaban por su belleza y pureza. El objetivo de este trabajo es presentar los resultados de un análisis bioantropológico de los restos de cinco individuos sacrificados en las cumbres de Ampato y Pichu Pichu durante este ritual. En la investigación se aplicaron varios métodos (análisis óseo y radiografía) debido a los diversos estados de conservación de los restos. Cuatro individuos pertenecían a la misma categoría de edad: 6-7 años. El individuo Pichu Pichu #2 fue sacrificado a la edad de 3,5 años, lo que lo convierte en el sacrificio de capacocha más joven conocido actualmente. Los resultados muestran un desarrollo adecuado del cuerpo de las víctimas, la presencia de marcadores de estrés relacionados con el período de la primera infancia y, en el caso del niño Ampato, la malformación de las vértebras cervicales. Los estudios de los sacrificios de Pichu Pichu y Ampato confirman su origen extendido, su posición privilegiada y su alto estatus social. Muestran que las víctimas estaban bien alimentadas y tenían un crecimiento corporal adecuado en comparación con los jóvenes de los estratos sociales más bajos en diferentes cementerios de la región.

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