Auge del fascismo en Alemania
Víctor Manuel III gobernó el Reino de Italia desde el 29 de julio de 1900 hasta el 9 de mayo de 1946. Gobernante indeciso y vacilante, el reinado de Víctor Manuel estuvo plagado de violencia e inestabilidad política. Su inacción permitió el surgimiento del fascismo italiano y su apoyo a Benito Mussolini manchó la imagen de la monarquía italiana hasta el punto de provocar su eventual abolición.
Nacido el 11 de noviembre de 1869, Víctor Manuel (nacido Vittorio Emanuele Ferdinando Maria Gennaro di Savoia) fue el único hijo legítimo de Umberto I de Italia. De niño, pasó la mayor parte del tiempo fuera de la vista del público, sufriendo discapacidades físicas que le obligaban a llevar instrumentos ortopédicos que fortalecían sus piernas. Estas discapacidades pueden haber frenado su crecimiento, ya que Víctor Manuel medía poco más de un metro y medio en la edad adulta. Debido a su infancia solitaria, Víctor Manuel tenía fama de ser tímido y reservado. A pesar de su carácter reservado, recibió la educación militar tradicional que se esperaba de su familia.
El ascenso del fascismo en Italia
Hace 81 años, el 9 de noviembre de 1938, los ciudadanos de la Alemania nazi se despertaron con el sonido de los cristales rotos cuando las tropas paramilitares de las SA, junto con los alborotadores civiles, destruyeron cientos de sinagogas y miles de negocios judíos. El ruido de los alborotadores y de las tropas mientras acosaban a familias inocentes que cumplían con la ley y empezaban a llevarse a los hombres judíos a los campos de concentración no se encontró con el alboroto de las protestas, sino con un silencio ensordecedor. Hubo quienes, tanto dentro del Reich alemán como en el extranjero, se pronunciaron contra lo que más tarde se conocería como la Noche de los Cristales. Pero hubo muchos más que se quedaron mirando cómo los matones atacaban a sus vecinos, colegas y amigos.
En términos generales, el fascismo europeo fue silenciado el 8 de mayo de 1945, pero hoy, tras varias décadas en la sombra, las fuerzas de la extrema derecha, el ultranacionalismo y la supremacía blanca están regresando desafiantes. Desde Jobbik en Hungría hasta Amanecer Dorado en Grecia, los partidos políticos que expresan ideologías nacionalistas y fascistas extremas están de nuevo en auge. En países como Austria e Italia, son casi la corriente principal.
Efectos negativos del fascismo
Debilitado por su derrota frente a Rusia, Hitler fue asediado por todos los flancos, pero el golpe definitivo fue la victoria de los Aliados el Día D (6 de junio de 1944) en Normandía. Cuando la guerra llegaba a su fin, Hitler se suicidó y Mussolini fue ejecutado.
Alemania parecía invencible. Pero después de su desafortunada decisión de invadir la Unión Soviética, Hitler estaba en los talones, y la marea estaba empezando a cambiar. Desde el congelado Frente Oriental, el Ejército Rojo soviético comenzó a acercarse a Alemania. Desde Gran Bretaña, los aviones aliados bombardearon las ciudades alemanas. Las tropas norteamericanas se abrieron paso desde el sur, a través de Italia. Los partisanos italianos derrocaron su gobierno fascista, cambiaron de bando y se unieron a los aliados.
El 6 de junio de 1944 -llamado “Día D”- los Aliados desembarcaron en las playas del norte de Francia y comenzaron a luchar para llegar a Berlín. El Día D supuso la mayor invasión anfibia de la historia. Tras una furiosa y sangrienta batalla, establecieron primero una cabeza de playa, luego un puerto improvisado, y la larga batalla para llegar a Berlín estaba en marcha.
Y ambos grandes comandantes fascistas tuvieron un final espantoso. En Italia, los ciudadanos enfadados se volvieron contra su dictador con furia, ejecutando a Mussolini con un pelotón de fusilamiento y colgando su cuerpo boca abajo para que todos lo vieran.
El fascismo en Italia
Desde su nacimiento en 1883 hasta el día de su muerte en 1945, Benito Mussolini fue muchas cosas para muchos hombres. Hijo de un herrero de ideas radicales, Mussolini era un revolucionario nato. Llevaba el nombre de Benito Juárez, el líder revolucionario mexicano. Al crecer conoció el hambre y las penurias de la clase obrera. Era uno de ellos, un líder natural y un incendiario de primer orden.
A través de sucesivas etapas de radicalismo y anticlericalismo -incluyendo varios años de exilio en Suiza porque, como pacifista convencido, se negó a recibir formación militar-, Mussolini se convirtió en líder del partido socialista y director de su periódico. Rompió con el partido por la cuestión de la neutralidad italiana en la primera guerra mundial -estaba a favor de la participación junto a los aliados- y fue expulsado del mismo.
Entonces Mussolini fundó su propio periódico, se alistó en el ejército italiano, fue herido y volvió a dirigir el periódico. Lo convirtió en la voz de todos los elementos -los veteranos, los parados, los socialistas renegados, los nacionalistas, etc.- descontentos y desilusionados con la democracia.