¿Cuántas Faraonas existieron?

¿Cuántas Faraonas existieron?

Reyes de Egipto

Israel permaneció 430 años en Egipto. Los recientes descubrimientos arqueológicos y el creciente conocimiento de las lenguas y las culturas nos han ayudado a entender esa estancia como nunca antes.1 El relato bíblico retrata con precisión dos civilizaciones antiguas, que primero fueron aliadas y luego enemigas acérrimas. Nos lleva desde José, que ascendió al poder bajo la dinastía egipcia conocida como los hicsos, hasta la terrible esclavitud dos dinastías después bajo el faraón Ramsés II.

Los hicsos eran asiáticos que gobernaron Egipto durante aproximadamente un siglo y medio.2 El propio nombre significa “gobernantes de tierras extranjeras”. Los hicsos eran un conglomerado de grupos étnicos que se infiltraron en Egipto durante un largo periodo en número cada vez mayor, probablemente procedentes de Canaán.

Hacia 1720 a.C., controlaban el delta oriental del Nilo y habían establecido su capital en Avaris.3 Hacia 1674 a.C., un rey hicso de nombre semítico Salitis ocupó Menfis, la antigua capital de Egipto. Los hicsos constituyeron las dinastías XV y XVI, adoptando el estilo y las instituciones burocráticas de los faraones tradicionales. Poco a poco, los semitas sustituyeron a los egipcios en los altos cargos administrativos. El ascenso de José al poder y la migración de los hebreos encaja bien con lo que se conoce de la época del dominio hicso.

Lavar al faraón

Como gobernantes del antiguo Egipto, los faraones eran a la vez jefes de estado y líderes religiosos de su pueblo. La palabra “faraón” significa “Gran Casa”, una referencia al palacio donde reside el faraón. Aunque a los primeros gobernantes egipcios se les llamaba “reyes”, con el tiempo se impuso el nombre de “faraón”.

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Como líder religioso de los egipcios, el faraón era considerado el intermediario divino entre los dioses y los egipcios. Mantener la armonía religiosa y participar en las ceremonias formaban parte del papel del faraón como jefe de la religión. Como estadista, el faraón dictaba leyes, hacía la guerra, recaudaba impuestos y supervisaba todas las tierras de Egipto (que eran propiedad del faraón).

Muchos estudiosos creen que el primer faraón fue Narmer, también llamado Menes. Aunque hay cierto debate entre los expertos, muchos creen que fue el primer gobernante que unió el Alto y el Bajo Egipto (por eso los faraones tienen el título de “señor de dos tierras”). Los faraones solían ser hombres, aunque hubo algunas líderes femeninas dignas de mención, como Hatshepsut y Cleopatra. Hatshepsut, en particular, fue una gobernante de éxito, pero muchas inscripciones y monumentos sobre ella fueron destruidos tras su muerte, quizá para evitar que futuras mujeres se convirtieran en faraonas.

Faraón egipcio

De todos los grandes monumentos que dejaron los antiguos egipcios, quizá sean sus tumbas las que más fascinan a los arqueólogos. Eran el gran foco de inversión: los que podían permitírselo nunca encargaban a mejores artesanos ni utilizaban materiales más finos que cuando hacían provisiones para el más allá. Las tumbas protegían tanto el cuerpo como el ajuar funerario, todo lo esencial para que el individuo tuviera éxito en su viaje al otro mundo.

Las tumbas han proporcionado una riqueza material inimaginable. Aunque la mayor parte de lo que había se ha perdido, ha sobrevivido una gran cantidad, y mucho de lo que se ha recuperado representa lo mejor que el Antiguo Egipto podía ofrecer.

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No es casualidad que la imagen más emblemática que ha sobrevivido de esta época, la máscara de oro de Tutankamón, proceda de su tumba, desenterrada por Howard Carter en 1922. Aquel descubrimiento, la culminación de un siglo de hallazgos sensacionales, dio origen al arquetipo del arqueólogo que sostiene una lámpara en un interior sombrío para ver montones de tesoros dorados que le devuelven el brillo.

El faraón Mina

Como gobernantes del antiguo Egipto, los faraones eran a la vez jefes de Estado y líderes religiosos de su pueblo. La palabra “faraón” significa “Gran Casa”, una referencia al palacio donde reside el faraón. Aunque a los primeros gobernantes egipcios se les llamaba “reyes”, con el tiempo se impuso el nombre de “faraón”.

Como líder religioso de los egipcios, el faraón era considerado el intermediario divino entre los dioses y los egipcios. Mantener la armonía religiosa y participar en las ceremonias formaban parte del papel del faraón como jefe de la religión. Como estadista, el faraón dictaba leyes, hacía la guerra, recaudaba impuestos y supervisaba todas las tierras de Egipto (que eran propiedad del faraón).

Muchos estudiosos creen que el primer faraón fue Narmer, también llamado Menes. Aunque hay cierto debate entre los expertos, muchos creen que fue el primer gobernante que unió el Alto y el Bajo Egipto (por eso los faraones tienen el título de “señor de dos tierras”). Los faraones solían ser hombres, aunque hubo algunas líderes femeninas dignas de mención, como Hatshepsut y Cleopatra. Hatshepsut, en particular, fue una gobernante de éxito, pero muchas inscripciones y monumentos sobre ella fueron destruidos tras su muerte, quizá para evitar que futuras mujeres se convirtieran en faraonas.

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