Historia del café en Italia
En 1905, Luigi Bezzera y Desiderio Pavoni, ambos mecánicos de Milán, se asociaron para mejorar la máquina de café a vapor que se presentó en la Exposición General de Turín de 1885. Las mejoras que Bezzera y Pavoni añadieron permitieron que el agua se calentara más y que la máquina produjera más presión al preparar el café. Aunque su máquina no producía un espresso según los estándares modernos, el café podía prepararse más rápido que nunca.
Este estilo de café de servicio rápido llegó junto con la revolución industrial. El café se convirtió en un capricho asequible que los trabajadores agotados podían tomar corriendo al trabajo. Pero fue necesario el auge económico de Italia tras la Segunda Guerra Mundial para que el espresso, tal y como lo conocemos hoy, se integrara en la cultura culinaria italiana.
Mientras el dinero estadounidense del Plan Marshall ayudaba a reactivar la economía italiana y a aumentar los salarios, el ingeniero milanés Achille Gaggia construía una máquina de café expreso horizontal accionada por palanca. La posición horizontal no sólo permitía que las bebidas pasaran rápidamente del servidor al cliente, sino que la máquina también ejercía nueve bares de presión. Esta presión daba lugar a una capa espumosa sobre el café, conocida como crema. El espresso moderno había llegado.
La cultura del café en Roma
El propósito de este trabajo es analizar la posición competitiva de las empresas tostadoras italianas en el mercado internacional, desarrollando así un marco multidimensional para medir la competitividad de las exportaciones de la industria.
Teniendo en cuenta que el objetivo es evaluar la competitividad de las exportaciones de las empresas tostadoras italianas, el autor elige indicadores “positivos” y “ex-post”, combinados en un marco multidimensional y multivariable. Las dos dimensiones de la competitividad aplicadas son el rendimiento competitivo y el potencial competitivo; el autor utilizó cuatro índices para evaluar la primera dimensión (cuota de mercado de exportación, cuota de exportación neta, índice de exportación neta, ventaja comparativa revelada) y tres índices para la segunda dimensión (precio unitario de exportación, índice de calidad relativa, crecimiento relativo de las exportaciones).
La evolución del contexto internacional, con la aparición de nuevos competidores y la difusión del consumo de café en todo el mundo, crea nuevas oportunidades pero también nuevos retos para las empresas italianas. De hecho, tanto los resultados como el potencial competitivo han empeorado desde la segunda mitad de principios del siglo XXI debido a la falta de innovación. Una mezcla de factores externos e internos explica esta carencia.
Del inglés al italiano
Una máquina ingeniosaLa primera máquina de café apareció en Turín a finales del siglo XIX. El diseño sufrió entonces varias mejoras. En 1946 se desarrolló el principio de la percolación a alta presión. En este sistema, el agua a fuego lento (pero no hirviendo) pasa rápidamente a través del café finamente molido colocado en un filtro metálico, emulsionando así los aceites del café. De este modo se obtiene un café rico en sabor, sin amargor, cubierto de una espuma aterciopelada conocida como la crema, típica del café espresso.
Los mayores bebedores de caféSi bien los italianos son ciertamente grandes amantes de la L profunda, no son los mayores bebedores de café del mundo. Este honor corresponde a los finlandeses, con más de doce kilos por persona y año, lo que corresponde a cuatro o cinco tazas por persona y día. Los suizos beben dos o tres tazas al día. En cuanto a los italianos, beben unos cuatro kilos y medio al año, es decir, algo menos de dos tazas al día.
Café italiano
La cafetera moka es una cafetera eléctrica o de cocina que prepara el café haciendo pasar agua hirviendo a presión con vapor a través del café molido. Llamada así por la ciudad yemení de Mocha, fue inventada por el ingeniero italiano Alfonso Bialetti en 1933 y se convirtió rápidamente en uno de los elementos básicos de la cultura italiana[1][2] Bialetti Industries sigue produciendo el mismo modelo bajo el nombre comercial de “Moka Express”.
Saliendo de Italia, la olla moka es hoy en día la más utilizada en Europa y en América Latina. Se ha convertido en un diseño icónico, que se exhibe en museos de arte industrial moderno y de diseño, como el Wolfsonian-FIU, el Museo de Arte Moderno, el Cooper-Hewitt, el Museo Nacional de Diseño, el Museo del Diseño,[3] y el Museo de la Ciencia de Londres. Las ollas Moka tienen diferentes tamaños, desde una hasta dieciocho porciones de 50 ml (2 imp fl oz; 2 US fl oz)[4] El diseño original y muchos modelos actuales están hechos de aluminio con asas de baquelita.
Después de la Segunda Guerra Mundial, la moka italiana se expandió por todo el sur de Europa y se convirtió en la forma estándar de hacer café en el país. Su popularidad hizo que fabricantes no italianos del sur de Europa hicieran copias o nuevos diseños inspirados en el diseño original italiano[cita requerida].