La iglesia inglesa

En el siglo XVI, hubo un gran cambio en la forma en que algunos cristianos adoraban a Dios. Hasta el siglo XVI la mayoría de la gente era católica romana y el Papa en Roma era la cabeza de toda la Iglesia cristiana.

En 1517, un monje alemán llamado Martín Lutero lideró una ruptura con la iglesia católica romana. Los nuevos cristianos se llamaban a sí mismos “protestantes” porque protestaban contra la Iglesia “católica” romana (que significa “universal”), sus enseñanzas y sus costumbres.

La gente de la época de los Tudor era muy religiosa y estaba dispuesta a morir por sus creencias. Debió ser muy duro para ellos durante los 118 años que gobernaron los reyes y reinas Tudor, porque a menudo se veían obligados a cambiar de religión dependiendo de la religión del monarca reinante.

La religión en Inglaterra cambiaba dependiendo de las opiniones del monarca y la gente a menudo se sentía confundida. Se les decía que cambiaran lo que creían, cómo adoraban a Dios y cómo decoraban las iglesias.

Cuando el Papa se negó a conceder a Enrique VIII el divorcio* de Catalina de Aragón, Enrique separó la Iglesia inglesa de la romana. En lugar del papa, el rey sería la cabeza espiritual de la iglesia inglesa. (Reforma)

Posiciones de la Iglesia de Inglaterra

La historia formal de la Iglesia de Inglaterra está tradicionalmente fechada por la Iglesia en la misión gregoriana a Inglaterra de Agustín de Canterbury en el año 597 d.C.[1] Como resultado de la misión de Agustín, y basándose en los principios del cristianismo, el cristianismo en Inglaterra quedó bajo el control o la autoridad del Papa. Esto le dio el poder de nombrar obispos, conservar o cambiar la doctrina, y/o conceder excepciones a la doctrina estándar.

Sin embargo, la frase Iglesia de Inglaterra se refiere con frecuencia a la Iglesia a partir de 1534, cuando se separó de la Iglesia Católica y se convirtió en una de las muchas iglesias que abrazaron la Reforma Protestante. El rey Enrique VIII de Inglaterra se preocupaba menos por la doctrina eclesiástica y más por los asuntos prácticos. Deseando controlar los dictados religiosos para anular su matrimonio con Catalina de Aragón, se hizo declarar (en contraposición al Papa) como cabeza suprema de la Iglesia en Inglaterra. Esto dio lugar a un cisma con el papado. Enrique también utilizó el cisma como excusa para apoderarse de las considerables tierras y riquezas de muchos monasterios. Como resultado de este cisma, muchos no anglicanos consideran que la Iglesia de Inglaterra sólo existió a partir de la Reforma Protestante del siglo XVI, y la frase en el uso común puede significar frecuentemente eso. Sin embargo, este artículo incluye toda la historia de la Iglesia cristiana en sus diversas formas en Inglaterra.

La reforma inglesa

La Reforma inglesa fue una serie de acontecimientos ocurridos en la Inglaterra del siglo XVI por los que la Iglesia de Inglaterra se separó de la autoridad del Papa y de la Iglesia Católica Romana. La Reforma inglesa estuvo, en parte, asociada al proceso más amplio de la Reforma Protestante europea, un movimiento religioso y político que afectó a la práctica del cristianismo en la mayor parte de Europa durante este periodo. Muchos factores contribuyeron al proceso: el declive del feudalismo y el auge del nacionalismo, el auge del derecho común, la invención de la imprenta y la mayor circulación de la Biblia, y la transmisión de nuevos conocimientos e ideas entre los eruditos, las clases altas y medias, y los lectores en general. Sin embargo, las distintas fases de la Reforma inglesa, que también abarcó a Gales e Irlanda, fueron impulsadas en gran medida por los cambios en la política gubernamental, a los que se fue acomodando la opinión pública.

Enrique VIII ascendió al trono inglés en 1509, a la edad de diecisiete años. Contrajo matrimonio dinástico con Catalina de Aragón, viuda de su hermano Arturo, en junio de 1509, justo antes de su coronación el día de San Juan. A diferencia de su padre, que era reservado y conservador, el joven Enrique parecía el epítome de la caballerosidad y la sociabilidad. Católico observante, escuchaba hasta cinco misas al día (excepto durante la temporada de caza). De “mente poderosa pero poco original”, se dejaba influir por sus consejeros, de los que nunca se separaba, ni de noche ni de día. Era, pues, susceptible a quien tuviera su oído.

Acto de supremacía

La reina Isabel no sólo es la jefa del Reino Unido y de la Commonwealth, sino que también es la Gobernadora Suprema y Defensora de la Fe de la Iglesia de Inglaterra, la iglesia estatal de Inglaterra que rompió con el catolicismo romano en el siglo XVI.Según la página web de la familia real, estos títulos se remontan al reinado de Enrique VIII, cuando el Papa León X le dio el título de “Defensor de la Fe” en 1521. Sin embargo, cuando el Papa se negó a anular el matrimonio de Enrique VIII con su primera esposa, Catalina de Aragón, después de que ésta no produjera un heredero varón al trono, el rey renunció a la autoridad del Papado en 1534 y se divorció de ella. Tras esta histórica ruptura con Roma, Enrique VIII se erigió en “el único jefe supremo de la Iglesia de Inglaterra, llamada Anglicana Ecclesia”, según la BBC.Mientras María I intentaba restaurar el catolicismo romano en Inglaterra, su hermana Isabel I se declaró “Gobernadora Suprema” de la Iglesia de Inglaterra cuando asumió la corona en 1558. Y desde entonces, la familia real practica el anglicanismo, una forma de cristianismo. Aunque todavía hoy se reconoce a la Reina como Gobernadora Suprema de la Iglesia de Inglaterra, el Arzobispo de Canterbury es el clérigo principal de la iglesia.