Caballeros españoles
Artículo principal: Cruz de Santiago La insignia de la Orden es una cruz de gules que simula una espada , con forma de flor de lis en la empuñadura y los brazos. Los caballeros llevaban la cruz estampada en el estandarte y una capa blanca. La cruz del estandarte tenía una venera en el centro y otra en el extremo de cada uno de los brazos. Las dos flores de lis en los extremos laterales representan el honor sin mancha , que se refiere a los rasgos morales del carácter del apóstol. [La espada representa el carácter caballeresco del apóstol Santiago y su forma de martirio, ya que fue decapitado con una espada. También puede simbolizar, en cierto sentido, el tomar la espada en nombre de Cristo . Se dice que su forma se originó en la época de las Cruzadas , cuando los caballeros llevaban pequeñas cruces con un fondo afilado para clavarlas en el suelo y realizar sus devociones diarias. [ 4 ] De hecho, la historia nos cuenta que surgió en la España de la Reconquista, tras la batalla de Clavijo (23 de mayo de 844). Fuente de la historia
Álvaro de Luna con la capa de la Orden y la cruz de Santiago en el pecho, del retablo de la Capilla de Santiago de la Catedral de Toledo, obra del maestro de la familia Luna. Fue Gran Maestre de la Orden desde 1445 hasta 1453.
Orden teutónica
Hoy en día la Orden de Santiago sigue existiendo bajo la corona española. Actualmente hay 35 caballeros y 30 novicios en la orden. La admisión en la orden se determina si el solicitante tiene ascendencia noble. Hasta 1653 la nobleza se comprobaba mirando sólo el historial familiar de los abuelos paternos. Se han introducido cambios para que los abuelos maternos se incluyan en la comprobación de la ascendencia noble. Otros requisitos para ingresar en la orden son ser católico practicante, ser de nacimiento legítimo, incluidos los padres y los abuelos, y no descender de personas no cristianas[1]. A partir de 1655, una de las nuevas obligaciones de la orden es defender la creencia de la Inmaculada Concepción de María[2].
Su símbolo es una cruz de Santiago, una cruz roja terminada en una espada (cross fleury fitchy en heráldica), que recuerda su título de la Espada, y una concha (la venera), que sin duda deben a su conexión con la peregrinación de Santiago.
Órdenes españolas
Las Órdenes Militares españolas se fundaron en el siglo XII siguiendo el impulso religioso y caballeresco de las Cruzadas. Cuando la conquista de Jerusalén se completó al final de la primera cruzada, el problema de la defensa se convirtió en la principal preocupación. Con ese objetivo, Hugo de Payns fundó en 1120 la orden de los Caballeros Templarios (o del templo de Jerusalén). Esta fue la primera de todas las órdenes militares y el espejo en el que se miraron las demás. En 1226 los monjes de la orden de San Benito fundaron la Orden de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, ambas órdenes se convirtieron en protectoras de los Lugares Sagrados con el apoyo de todos los reyes europeos.
En el otro extremo del Mediterráneo y desde la invasión musulmana del año 711 d.C., España intentaba conseguir una restauración de la unidad que había conseguido anteriormente tanto en el ámbito cultural y administrativo en la España romana como en el político, con el Recaredo visigodo. Las aspiraciones españolas se combinaron con el espíritu cruzado para lograr la fundación de órdenes locales mediante bulas papales emitidas por Alejandro III: Santiago en 1175; Calatrava en 1164; Alcántara en 1177 y Montesa por bula emitida por Juan XXII. En 1317. Muy conscientes de que la lucha que se libraba en el Mediterráneo occidental era la misma que se libraba en Oriente, los Pontífices concedieron las mismas indulgencias que antes se concedían en Jerusalén.
Orden de Cristo Portugal
La Orden de Santiago apareció poco después de la Primera Cruzada y adquirió importancia a principios del siglo XII. Aunque sus miembros no viajaron a menudo a Jerusalén como sus homólogos, la orden desempeñó un papel masivo en la Reconquista e influiría en el desarrollo de varios reinos ibéricos, ayudando a establecer la España y el Portugal modernos. Dada la diferente ubicación y la cultura única en la que se desarrolló, la Orden de Santiago obedecía reglas muy diferentes a las de los Caballeros Templarios y los Caballeros Hospitalarios, enfatizando la importancia de la pureza de sangre, la nobleza y la adhesión a un estricto sistema de patronazgo y riqueza independiente, inédito en otras órdenes. El desarrollo de este sistema se remonta directamente a la Reconquista y a la mala sangre entre cristianos y musulmanes durante la Alta Edad Media. En esencia, la Orden de Santiago se distinguió de otras órdenes de caballería religiosa de su época por su falta de participación en las Cruzadas, las tensiones étnicas y religiosas en Iberia y el singular código de honor que mantenían los nobles ibéricos. Aunque la Orden de Santiago sigue existiendo en la actualidad, su apogeo se produjo durante la Reconquista de la Península Ibérica, cuando los reinos cristianos colaboraron para desalojar del poder a los califatos islámicos. Con el tiempo, la misión evolucionó hasta significar la eliminación de todos los musulmanes de la península, impulsada por los primeros gobernantes de una España unificada: Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla.