Cuál es su zarza ardiente
El monasterio también alberga la “zarza ardiente” y cuenta con una de las colecciones de iconos religiosos más renombradas del mundo, una selección de la cual se expone a los visitantes en el museo de la Sacristía Sagrada.
El monasterio de Santa Catalina se encuentra a pocos kilómetros del pequeño asentamiento de Al-Milga, que cuenta con un par de hoteles y albergues económicos, así como algunos restaurantes sencillos. Para los aficionados al senderismo que quieran explorar las montañas del desierto del Sinaí, este pueblo es una buena base.
En el ábside, y fuera del alcance de los visitantes, se encuentra el glorioso y ornamentado sarcófago que guarda los restos de Santa Catalina. El sarcófago fue regalado al monasterio por la emperatriz Catalina de Rusia.
Para muchos peregrinos, la atracción turística más importante del monasterio es la Zarza Ardiente, que, según la leyenda local, es un descendiente directo de la zarza ardiente del Antiguo Testamento a través de la cual Dios habló con Moisés.
Justo al oeste de la Iglesia de la Transfiguración, unas escaleras conducen al fantástico museo del monasterio, conocido como la Sacristía. Esta es, con mucho, la sección más interesante del monasterio abierta al público.
Acacia arbusto en llamas
Archivado en: Egipto,Lugares – Etiquetas: arte, zarza ardiente, bizantino, mortuorio, Codex Sinaiticus, Egeria, Egipto, manuscritos, monjes, Moisés, Península del Sinaí, Monasterio de Santa Catalina, Pozo de Moisés – 2:42 pm
Se cree que el monasterio de Santa Catalina, en la península egipcia del Sinaí, alberga la zarza ardiente desde la que Dios se reveló por primera vez a Moisés. También contiene un tesoro de iconos y manuscritos antiguos.
Los monjes han vivido aquí, a la sombra del Monte Sinaí, casi sin interrupción desde que el emperador bizantino Justiniano construyó el monasterio en el siglo VI. Se dice que una capilla anterior en el lugar fue erigida por orden de Santa Elena en el año 337.
Como el lugar era difícil de proteger de los merodeadores, Justiniano rodeó el monasterio con un alto muro de piedras de granito ajustadas, de unos dos metros de grosor. La mayor parte de lo que se puede ver hoy en el lugar data del siglo VI.
La parte más sagrada del monasterio de Santa Catalina es la Capilla de la Zarza Ardiente, una pequeña cámara situada detrás del altar de la basílica. Suele estar cerrada al público y los que entran deben quitarse los zapatos, como hizo Moisés cuando se acercó a la zarza ardiente (Éxodo 3:2-5).
Monasterio de Santa Catalina
El monasterio está controlado por la Iglesia autónoma del Sinaí, que forma parte de la Iglesia Ortodoxa Griega más amplia, y se convirtió en Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 2002 por su importancia única en las tradiciones del cristianismo, el islam y el judaísmo[3][4] El monasterio de Santa Catalina está situado a la sombra de un grupo de tres montañas: Ras Sufsafeh (posiblemente el “Monte Horeb”, a 1 km al oeste), Jebel Arrenziyeb y Jebel Musa, el “Monte Sinaí bíblico” (pico a 2 km al sur)[5].
Construido entre 548 y 565, el monasterio es uno de los más antiguos monasterios cristianos en funcionamiento del mundo[6][7] El lugar contiene la biblioteca más antigua del mundo en funcionamiento continuo[8], que posee muchos libros únicos, como el Codex Sinaiticus hasta 1859, del que recientemente han salido a la luz nuevos folios[9][10], incluido el Sinaiticus siríaco[11][8].
Durante el encarcelamiento de Catalina acudieron a verla más de 200 personas, entre ellas la esposa de Majencio, Valeria Maximilla; todas se convirtieron al cristianismo y fueron posteriormente martirizadas[12] El emperador, furioso, condenó a Catalina a morir en una rueda de rotura con púas, pero, al tocarla, ésta se hizo añicos[13] Majencio ordenó que fuera decapitada. La propia Catalina ordenó que se iniciara la ejecución. De su cuello brotó una sustancia parecida a la leche, en lugar de sangre[14].
Significado espiritual de la zarza ardiente
El monasterio está controlado por la Iglesia autónoma del Sinaí, que forma parte de la Iglesia Ortodoxa Griega en general, y se convirtió en Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 2002 por su importancia única en las tradiciones del cristianismo, el islam y el judaísmo[3][4] El monasterio de Santa Catalina está situado a la sombra de un grupo de tres montañas: Ras Sufsafeh (posiblemente el “Monte Horeb”, a 1 km al oeste), Jebel Arrenziyeb y Jebel Musa, el “Monte Sinaí bíblico” (pico a 2 km al sur)[5].
Construido entre 548 y 565, el monasterio es uno de los más antiguos monasterios cristianos en funcionamiento del mundo[6][7] El lugar contiene la biblioteca más antigua del mundo en funcionamiento continuo[8], que posee muchos libros únicos, como el Codex Sinaiticus hasta 1859, del que recientemente han salido a la luz nuevos folios[9][10], incluido el Sinaiticus siríaco[11][8].
Durante el encarcelamiento de Catalina acudieron a verla más de 200 personas, entre ellas la esposa de Majencio, Valeria Maximilla; todas se convirtieron al cristianismo y fueron posteriormente martirizadas[12] El emperador, furioso, condenó a Catalina a morir en una rueda de rotura con púas, pero, al tocarla, ésta se hizo añicos[13] Majencio ordenó que fuera decapitada. La propia Catalina ordenó que se iniciara la ejecución. De su cuello brotó una sustancia parecida a la leche, en lugar de sangre[14].