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La Alhambra se comenzó a construir a mediados del siglo XIII bajo el mandato de Muhammad ibn al Ahmar, emir de Granada, para que sirviera de complejo palaciego y fortaleza de la dinastía nazarí árabe. Se completó un siglo después, durante el reinado de Yusuf I. El emirato de Granada fue la última dinastía musulmana de la Península Ibérica en capitular en la Reconquista católica, en 1492. Aunque tras la marcha de la dinastía nazarí se produjeron modificaciones, como la construcción de un palacio para el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Carlos V dentro del complejo en 1527 y la construcción de una iglesia en el lugar de la mezquita real, gran parte de la Alhambra conserva su carácter morisco.

La Alhambra es el vestigio más importante del periodo de dominio islámico en la Península Ibérica (711-1492). Fue inscrita en la lista del Patrimonio Mundial en 1984 debido a su belleza universal y a su excepcional expresión de la cultura árabe y andalusí, así como por su capacidad para transmitir la historia de los cambios de la región a lo largo del tiempo a través de su arquitectura y sus campañas decorativas.

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La Alhambra fue llamada así por sus muros rojizos (en árabe, (“qa’lat al-Hamra'” significa Castillo Rojo). Está situada en lo alto de la colina al-Sabika, en la orilla izquierda del río Darro, al oeste de la ciudad de Granada y frente a los barrios del Albaicín y de la Alcazaba.

La Alhambra está situada en un punto estratégico, con vistas a toda la ciudad y a la vega, y este hecho hace pensar que ya había otras construcciones en ese lugar antes de la llegada de los musulmanes. El complejo está rodeado de murallas y tiene una forma irregular. Limita con el valle del río Darro en su lado norte, con el valle de al-Sabika en su lado sur y con la calle Cuesta del Rey Chico en el lado este. La Cuesta del Rey Chico es también el límite entre el barrio del Albaicín y los jardines del Generalife, situados en la cima del Cerro del Sol.

Los primeros documentos históricos que se conocen sobre la Alhambra datan del siglo IX y hacen referencia a Sawwar ben Hamdun que, en el año 889, tuvo que refugiarse en la Alcazaba y tuvo que repararla debido a las luchas civiles que estaban destruyendo el Califato de Córdoba, al que entonces pertenecía Granada. Posteriormente, este recinto comenzó a ampliarse y poblarse, aunque todavía no tanto como lo haría más adelante, ya que los reyes ziríes establecieron su residencia en la colina del Albaicín.

Recuerdos de la alhambra

Durante la época nazarí, la Alhambra era una ciudad autónoma, separada del resto de Granada,[6] y contaba con la mayoría de las comodidades de una ciudad musulmana, como una mezquita de los viernes, hammams (baños públicos), caminos, casas, talleres artesanales, una curtiduría y un sofisticado sistema de abastecimiento de agua. [Como ciudad real y alcazaba, contaba con al menos seis grandes palacios, la mayoría de ellos situados en el extremo norte, desde donde se dominaba el barrio del Albaicín[6] Los más famosos y mejor conservados son el Mexuar, el Palacio de Comares, el Palacio de los Leones y el Palacio del Partal, que constituyen la principal atracción para los visitantes en la actualidad. El resto de los palacios se conocen por fuentes históricas y por excavaciones modernas[13][14] En el extremo occidental de la Alhambra se encuentra la Alcazaba. A lo largo de las murallas de la Alhambra se encuentran también múltiples torres menores y puertas fortificadas. Fuera de las murallas de la Alhambra y situado cerca, al este, se encuentra el Generalife, un antiguo cortijo nazarí y palacio de verano acompañado de huertos históricos y modernos jardines paisajísticos[15][12].

Entradas a la Alhambra

Durante la época nazarí, la Alhambra era una ciudad autónoma, separada del resto de Granada,[6] y contaba con la mayoría de las comodidades de una ciudad musulmana, como una mezquita de los viernes, hammams (baños públicos), caminos, casas, talleres artesanales, una curtiduría y un sofisticado sistema de abastecimiento de agua. [Como ciudad real y alcazaba, contaba con al menos seis grandes palacios, la mayoría de ellos situados en el extremo norte, desde donde se dominaba el barrio del Albaicín[6] Los más famosos y mejor conservados son el Mexuar, el Palacio de Comares, el Palacio de los Leones y el Palacio del Partal, que constituyen la principal atracción para los visitantes en la actualidad. El resto de los palacios se conocen por fuentes históricas y por excavaciones modernas[13][14] En el extremo occidental de la Alhambra se encuentra la Alcazaba. A lo largo de las murallas de la Alhambra se encuentran también múltiples torres menores y puertas fortificadas. Fuera de las murallas de la Alhambra y situado cerca, al este, se encuentra el Generalife, un antiguo cortijo nazarí y palacio de verano acompañado de huertos históricos y modernos jardines paisajísticos[15][12].