Egica
Las cuatro últimas personas son imaginarias. Todos los demás se mencionan en la historia. Sin embargo, debo observar que Romano es una criatura de las leyendas de los monjes; que no se ha conservado el nombre de la hermana de Pelayo; y que el de la madre de Rodrigo, Ruscilo, se ha cambiado por Rusilla, en aras de la eufonía.
Por su hijo violado, En la cabeza de Rodrigo, en mala hora para España, Por esa infeliz hija, y por él mismo, -¡Desesperado apóstata! – a los moros llamó; y como una nube de langostas, que el Sur hace llegar desde las llanuras del África devastada, los musulmanes descendieron a las costas de Iberia. Una innumerable multitud llegó;
Sirios, moros, sarracenos, griegos renegados, persas y coptos y tártaros, en un solo vínculo de fe errante, -fuertes en la juventud y en el calor del celo-, una hermandad espantosa, en la que todos los vicios turbulentos se soltaron; mientras la conciencia, con su credo impío más exacto, borracha como el vino, les había santificado todas las cosas sangrientas, todas las cosas abominables.
Ariberga de los visigodos
Al principio de su reinado, Ergica dejó claro que su intención era afianzar a su familia en una posición de poder de la que no pudieran ser apartados. Basándose en una carta fechada en el séptimo año de Ergica (de noviembre de 693 a noviembre de 694) que menciona a Wittiza como co-rey, es probable que Wittiza fuera nombrado co-gobernante en 694, aunque la Crónica de 754 sitúa el acontecimiento en 698.[2] El análisis numismático de los tipos de moneda también apoya la tesis de que Wittiza gobernó a partir de 694.[2][3] La elevación de Wittiza a la realeza coincidió con la revuelta de Suniefred y puede haber sido su causa o efecto.
El 15[4] o el 24 de noviembre[5] de 700, Wittiza fue ungido rey; esta es la última entrada en la Chronica Regum Visigothorum, una lista regia visigoda. El retraso entre su nombramiento como corregente y su unción, a la que se atribuyó mucha importancia, se explica muy probablemente por su mayoría de edad, probablemente catorce años, en ese año[5]. Wittiza era hijo de Ergica con Cixilo,[6] hija del anterior rey Erwig, que fue destituido por su marido a finales de 687 tras un breve matrimonio, lo que pone un límite a la posible fecha de nacimiento de Wittiza[5].
Roderick el último de los góticos
Carthaginensem provincias”, en el año 411[1]. Al mismo tiempo, los visigodos se asentaron en el sur de Francia, en torno a Toulouse, pero extendieron su área de jurisdicción al noreste de España. Los visigodos fueron expulsados de Francia en el año 531 y emigraron hacia el sur de la Península Ibérica, donde establecieron una monarquía que duró hasta la invasión musulmana
de las poblaciones. Primero atacaron las zonas vecinas de Orense en poder de los suevos, pero finalmente dirigieron su atención al sur de España[7]. Su control sobre la costa meridional permitió a los vándalos
su tierra natal e invadieron la Galia antes de atacar España[10]. El general Máximo, que dirigía el ejército del antiemperador Constantino III en España, invitó a los vándalos, junto con otros pueblos bárbaros, a cruzar los Pirineos en el año 409 en una apuesta personal por el poder, pero pronto se vio superado[11]. El Chronicon del obispo Idatius registra que “Alani et
control desde Cádiz hasta Alicante. Gunderic murió tras conquistar Sevilla[13]. m ELISA, hija de —, de Granada. La Victoris Vitensis Historia registra que Gaiseric mató a la esposa de su hermano por
Hijo de pelayo
Timothy H. Parsons es profesor de Historia de África en la Universidad de Washington. Su nuevo libro, The Rule of Empires: Those Who Built Them, Those Who Endured Them, and Why They Always Fail, ilumina las características comunes a todos los imperios y pone al descubierto la racionalización de los imperialistas y sus apologistas y expone los verdaderos objetivos, y los límites, del poder duro. En el siguiente extracto, del principio de un capítulo sobre la España musulmana, aprendemos sobre la conquista de España.
Según el mito, una imponente torre construida por Hércules se encontraba en las afueras de la capital española, Toledo. Contenía un poderoso secreto que mantenía al reino a salvo de las invasiones, y al tomar el poder cada gobernante sucesivo añadía una cerradura a su puerta. Veintiséis monarcas mantuvieron la torre segura hasta que la curiosidad pudo con Roderic, el último gobernante cristiano visigodo de España. Ignorando las súplicas y advertencias de sus ministros, el rey irrumpió en la torre para encontrar una mesa enjoyada perteneciente a Salomón en una habitación decorada con pinturas de jinetes árabes armados con espadas y arcos. Un pergamino sobre la mesa decía: “Cuando este asilo sea violado y el hechizo… roto, el pueblo mostrado en el cuadro invadirá la tierra y derrocará el trono de sus reyes. El dominio de los godos terminará y todo el país caerá en manos de… extraños”. Simbólicamente, la violación de la torre condujo así a la invasión de España por un poderoso ejército árabe que las fuentes cristianas posteriores describieron como “más cruel e hiriente que el lobo que llega de noche al rebaño de ovejas”.